Me gustaría empezar por mi nombre, me llamo: Rosa, aunque la mayoría de mis amigos me dicen Rox… y confieso que me encanta. Sin embargo, en los negocios siempre me presento como Rosa; me gusta ese aire formal, que para mí representa enfoque y determinación. Pero en lo casual, en los viajes y en la vida cotidiana, me gusta ser Rox: espontánea, alegre y soñadora.
Quizá esta dualidad se deba a que soy virgo: me gusta el orden, y confieso que tener cada cosa en su lugar me da paz 🙌🏼. Además, prefiero darle su propio espacio a mi vida personal y a la profesional. Es por eso que me encantan estas dos versiones de mí… diferentes, pero complementarias.
Me gusta pensar en mí como una fusión de culturas, de sueños cumplidos y de aprendizajes que me han ido moldeando en el camino.
Para mí, vivir significa explorar, reinventarse y compartir.
Vivo entre Europa, Estados Unidos y México, tres países que no paran de brindarme aprendizajes, amistades y buenos momentos, esos que me hacen ser quien soy. Suena complejo hacer una vida en tres países, pero al casarme con un extranjero comprendí que debía aprender a adaptarme a diferentes culturas y lugares. Siempre soñé con dividir mi tiempo entre mi país natal y mi país de adopción, y hoy, gracias a mi trabajo remoto, he podido hacerlo realidad.
Disfruto mucho descubrir rincones nuevos en cada viaje que realizo al igual que gozar de la calma de un espacio acogedor en casa.
Desde hace poco más de 10 años me convertí en empresaria. Con el paso del tiempo evolucioné como mentora de negocios especializada en liderazgo, y en paralelo me he diversificado como inversionista y concierge inmobiliario.
Mi propósito siempre ha sido el mismo: acompañar a personas y empresas a crecer, descubrir su potencial y construir proyectos sólidos, coherentes y con propósito.
Si deseas conocer mi trabajo como mentora te invito a seguirme en instagram: @rosabalammay
Además de mi trabajo, me apasionan los viajes y la gastronomía, la industria de la moda y la decoración de interiores. Cada experiencia, grande o pequeña, la vivo con la misma intensidad: desde una copa de vino en un rooftop en Ginebra hasta comer la tradicional cochinita pibil yucateca los domingos en casa con mi Mamá.
Creo que la vida es un viaje en constante movimiento, lleno de retos, descubrimientos y aprendizajes. Me considero una mujer apasionada, con claridad en lo que quiero y la fuerza para enfrentar lo que se presenta.
Soy fiel a mis valores, disfruto crear y reinventarme… y me llena profundamente inspirar y acompañar a otros en su propio camino.