Todo empezó con una plática entre amigas, en la terraza de un restaurante en un pueblito remoto de Italia. Entre uno (o varios) vinitos tintos surgió esta pregunta: ¿Qué harías de tu vida si el dinero no fuera una limitante?

La primera respuesta que vino a mi mente fue clara: ¡viajar por el mundo!. Pero no como turista corriendo de un lado a otro… sino como una local. Disfrutando cada ciudad a mi propio ritmo, saboreando la vida sin prisas ni calendarios que me apuren.

Me encantaría quedarme en cada lugar el tiempo suficiente para echar mini-raíces: tres meses como mínimo, nueve como máximo. Conocer personas que se conviertan en amistades de calidad, aprender de la cultura y disfrutar de la gastronomía local hasta sentirme parte de allí.

Y ya que estábamos soñando… ¿por qué no hacerlo a lo grande? La cereza del pastel sería hospedarme en la suite presidencial de los mejores hoteles, con terraza privada, vistas de ensueño y champagne en el mini bar. Porque sí, la vida con un toque de lujo también sabe mejor. 🥂✨

Pero entre risas y sueños, también pensé en algo más profundo: vivir con propósito. Me encantaría dedicar parte de mi tiempo a proyectos con impacto, con un sentido altruista, especialmente en temas de liderazgo femenino. Porque al final, viajar ligero también significa compartir lo que somos y lo que sabemos.

Y llegué a la conclusión de que todo, absolutamente todo, se resume en esto: disfrutar la vida, vivir con propósito y dejar una huella en el mundo 💖

Ahora querid@ amig@, me encantaria hacerte la misma pregunta: Si para ti, el dinero no fuera una limitante, ¿cómo escribirías tu propia historia?